El Cronóvoro es, sin duda, el Behemoth más extraño jamás visto, y eso es mucho decir.
—Dra. Shaed Priyani
El monstruo del tiempo
La inesperada aparición del Paradoxicón en las fronteras del Archipiélago del Carnero, el vecindario isleño local de Ramsgate, ha traído consigo un par de hallazgos científicos importantes: los desgarros en el tejido de la realidad que irradian de la isla y la llegada de un extraño Behemoth desconocido que parece alimentarse de la mismísima corriente del tiempo, como si de una ballena celeste que surca nubarrones se tratara.
Arkan Drew, que afirma haber visto a la criatura antes —hace mucho, mucho tiempo—, dice que se llama Cronóvoro.
De figura elegante, imponente y bella, a medio camino entre una manta nube y una carpa koi gelatinosa, es capaz de abrir agujeros en la realidad para cruzar fácilmente de una a otra dimensión o línea temporal. Estas grietas no se cierran por sí solas de inmediato, sino que dejan que los Behemoths crucen a otros periodos temporales o queden atrapados en la corriente del tiempo hasta que lo hacen.
Si reactivamos el Paradoxicón, quizá podamos atraer al Cronóvoro como si se tratara de una polilla atraída por una luz inmensa.
—Arkan Drew
Esto no supone ningún problema para el Cronóvoro. Cuando se activa la columna de control central del Paradoxicón —lo único que, según Arkan Drew, queda en pie de este antiguo y enorme centro de control—, el Cronóvoro es incapaz de resistirse a la llamada. En el “mundo real”, en el archipiélago radiante conocido como la Falla de la Paradoja, aparece una mera manifestación de la línea temporal entera que el Cronóvoro ha vivido.
Cada Cronóvoro que se cuela proveniente del Resplandor infinito es, en realidad, el mismo Cronóvoro. Pero cuando se le da caza, ese Cronóvoro de ese preciso punto en el tiempo no puede volver a manifestarse.
El tiempo es el fuego en el que ardemos.
—Proverbio previo al Cataclismo
Engulle nuestro tiempo
Según Priyani, las lecturas iniciales muestran que, si bien el Cronóvoro se alimenta esencialmente de energía radiante —como el Rezakiri y el Valomyr—, parece haber evolucionado para sobrevivir única y exclusivamente de la frecuencia temporal radiante, es decir, del tiempo. Y su colega Arkan Drew cree que el Cronóvoro se siente atraído por la Falla de la Paradoja debido a la maquinaria temporal que hay dentro del Paradoxicón abandonado.
Capaz de moverse por el espacio como si fuera agua y de manipular el tiempo y usarlo como un arma afilada, el Cronóvoro constituye un descubrimiento científico fascinante y único: es el segundo Behemoth conocido, después del Thrax, que se cree que ha evolucionado fuera de nuestra dimensión visible y sin apenas interferencia humana.
Estamos ante un apocalipsis temporal o un colapso total de la realidad. O ambas cosas… probablemente.
—Arkan Drew
Aguarda el momento oportuno
Mientras recorre la línea temporal, sigue alimentándose de esa energía y drenándola y, al consumirse el tiempo, el progreso se detiene. El efecto es similar a los poderes defensivos del típico Behemoth radiante, que se parecen a cristales refractivos, si bien, en este caso, se trata de fragmentos de la realidad congelados en el tiempo.
Arkan Drew teme que este comportamiento provoque algún desastre temporal que culmine lo que el Cataclismo empezó, y ruega a los Slayers de Ramsgate que hagan lo que puedan por contener al Cronóvoro y a los Behemoths perdidos en el tiempo que arrastra hasta nuestro presente.
¿Será el próximo Cronóvoro que cause estragos en la Falla de la Paradoja, y en las Islas Fragmentadas al completo, el último? Parece poco probable, pero, cuando uno se enfrenta al Cronóvoro, la victoria debe considerarse la excepción en lugar de la norma.